Descripción del producto
La broche con forma de caballo fue descubierta junto con otra broche en imagen especular como un par en la tumba vikinga Bj 854, junto con otras ofrendas funerarias. Este es un hallazgo excepcional, ya que estos broches difieren de los típicos broches ovalados vikingos. Estaban colocados debajo de los hombros, uno a la izquierda y otro a la derecha, y claramente servían para sujetar la vestido de la mujer vikinga enterrada. La broche tiene un ojo incrustado con esmalte de rojo en lugar de las piedras de granate que se encuentran en el original. La réplica está disponible en bronce de alta calidad. En la parte posterior hay un alfiler resistente, adecuado incluso para fijar tejidos de lana pesados, y las dimensiones son 5,4 x 3,2 cm.Los broches originales fueron desenterrados en la década de 1870 por el arqueólogo Hjalmar Stolpe en la tumba Bj 854 en Birka, en la isla de Adelsö en Uppland, Suecia. Estaban hechos de plata parcialmente dorado y decorados con ojos incrustados de granate. Es probable que estos broches de caballo fueran fabricados en Escandinavia y enterrados en una tumba vikinga del siglo X. Sin embargo, los análisis estilísticos sugieren que los caballos en sí probablemente datan del siglo VI o VII.
El diseño y la artesanía indican que los caballos originalmente pudieron haber sido creados como adornos decorativos. Más tarde se adaptaron con un mecanismo de alfiler para funcionar como broches. Esta adaptación sugiere su significado duradero, posiblemente como reliquias familiares que se transmitieron de generación en generación antes de ser depositadas en la tumba.
En todas las culturas indoeuropeas, los caballos desempeñan un papel importante. Hace más de 5.000 años en la estepa Póntica-Caspia, nuestros antepasados, los pastores de la estepa indoeuropea, cultivaron el caballo. Más tarde, de esto surgió su cultura ecuestre, el caballo llegó a desempeñar un papel importante como medio de transporte, en la guerra y como ayuda en el campo. No es de extrañar que desde temprano el caballo se incorporara al mundo espiritual de nuestros antepasados. Creían que el sol era arrastrado por un caballo a través del cielo y por ello asociaban al animal con la fertilidad, tanto de las personas como de la tierra. Además, el caballo representaba la realeza y la conexión entre la aristocracia gobernante y el territorio sobre el que gobernaban.
