Descripción del producto
Este colgante de piedra de río está decorado con un triskel celta. El triskel, un símbolo significativo en el arte celta histórico, se caracteriza por tres espirales interconectadas que irradian desde un punto central. Este motivo se interpreta a menudo como un símbolo de movimiento eterno, ciclos de la vida y la dinámica de la naturaleza. En el arte celta, encontramos el triskel a menudo entrelazado en patrones intrincados, como en joyas, monedas y monumentos funerarios. A menudo simboliza la conexión entre el pasado, el presente y el futuro, y se asocia con conceptos como renacimiento, continuidad y crecimiento espiritual. El triskel sigue siendo un elemento fascinante en la rica simbología del arte celta, donde no solo refleja la complejidad del mundo natural, sino que también encarna las filosofías más profundas de la cultura celta.
Los motivos en espiral han estado presentes en Europa desde el Neolítico y a menudo se asocian con la adoración solar. Aunque su significado preciso podía variar según la cultura, las evidencias arqueológicas y artísticas apuntan a una simbología compartida, influenciada por los agricultores neolíticos y adoptada en cultos solares indoeuropeos posteriores. También durante el período celta de La Tène y la temprana Edad Media, esta simbología continuó desempeñando un papel central en sus estilos artísticos.
