Descripción del producto
Los punzones como este eran usados junto con cucharillas para los oídos y pinzas por las mujeres vikingas. Estos utensilios cosméticos se utilizaban no solo con fines prácticos, sino también como joyas. Este punzón es una réplica de un original del siglo IX-X encontrado en la ciudad vikinga de Birka.
Las mujeres vikingas valoraban mucho las cucharillas decoradas para los oídos y los sets de limpieza de uñas, mientras que los hombres estaban orgullosos de sus peines ornamentales. Las fuentes cristianas expresaban asombro por la higiene de los vikingos, quienes se lavaban y mantenían limpios regularmente. Esto tenía un básico religioso: en el paganismo, a diferencia del cristianismo, uno no es perseguido por dios. Se dirigían a los dioses en momentos conscientes. Para la comunicación ritual con los dioses, se requería limpieza y belleza, incluido un aspecto cuidado. En la religión, la belleza simbolizaba el orden, mientras que la suciedad representaba el caos. Esta oposición también se reflejaba en el mito del Ragnarök, el caos total. Durante el Ragnarök, llega el barco Naglfar, hecho de las uñas de los muertos. Las uñas largas y sucias se consideraban contribuyentes a este caos amenazante. En Islandia, incluso estaba prohibido mirar un santuario antes de haberse lavado ritualmente.
