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El kóryos, que en protoindoeuropeo significa "banda de guerra", era un fenómeno cultual extendido entre los pueblos indoeuropeos. Ejemplos conocidos son los ulfhednar germánicos (guerreros lobo) y los berserkers vikingos (guerreros oso). Estas bandas de guerra estaban compuestas por jóvenes solteros de estamentos aristocráticos y guerreros, que participaban en un ritual de transición hacia la adultez.
El kóryos generalmente consistía en adolescentes entre 12 y 19 años que vivían temporalmente en los márgenes de la sociedad. Abandonaban sus comunidades para operar como guerreros sin tierra, a menudo en pequeños grupos de dos a doce personas. Durante este período cazaban animales, saqueaban tribus enemigas y robaban ganado, una fuente importante de riqueza en aquella época. Simbólicamente, se identificaban con depredadores como lobos y perros, que se asociaban con la muerte, la anarquía y la furia guerrera desenfrenada.
Las bandas kóryos eran dirigidas por un koryonos, que significa "maestro de la banda de guerra". Los miembros pasaban por rigurosos ritos de iniciación que requerían fuerza física y mental, y generalmente no poseían nada excepto su armas. Sus actividades seguían un patrón estacional: en primavera salían de incursión, mientras que en invierno regresaban para defender su propia comunidad. Durante su tiempo en el kóryos aprendían epopeyas y leyendas heroicas, que legitimaban su rol como guerreros y reforzaban su identidad.
La membresía de los kóryos generalmente terminaba con el matrimonio. A partir de ese momento, los antiguos miembros se integraban completamente en la sociedad y asumían responsabilidades adultas.
El kóryos desempeñaba un papel importante en la sociedad: promovía la cohesión grupal, servía para la expansión territorial y fortalecía la defensa de las comunidades. Además, las bandas de kóryos contribuían a las llamadas "economías festivas" al adquirir botines, lo que apoyaba aún más el poder y la riqueza de los gobernantes. Así, el kóryos no solo era un rito de paso, sino también una parte esencial de la estructura política y económica del mundo indoeuropeo.
Características lobunas
Los miembros del kóryos se identificaban con lobos o perros. Llevaban pieles de animales y adoptaban nombres que hacían referencia a estos depredadores, que simbolizaban muerte, agresión y belicosidad. Al asociarse con estos animales, se colocaban fuera del mundo humano y se convertían en lobos.
Wodan, como maestro de la guerra y guardián del orden cósmico, era el dios que los miembros del kóryos adoraban por excelencia. Wodan era central en la variante germánica de estas bandas de guerra y era su dios y líder. Al igual que los miembros del *kóryos, Odín es conocido por sus éxtasis de naturaleza chamánica. A diferencia del cliché moderno, donde el lobo o el oso en el paganismo son animales protectores benévolos, estos animales históricamente pueden asociarse principalmente con la ira, la astucia y la violencia. Es posible que esta tradición tenga su origen en el hecho de que estos animales atacaban al ganado, que es central en una cultura nómada.
Kóryos y furia guerrera
El kóryos era conocido por un estado extático de furia, que les permitía mostrar fuerza sobrehumana e intrepidez. Esta furia a menudo se describía en términos de transformación, como si los guerreros se convirtieran temporalmente en depredadores. En las tradiciones germánicas, griegas y védicas se pueden encontrar conceptos similares.
También Wodan es conocido por su furia guerrera. Con esta furia, la aristocracia y la clase guerrera de diferentes tribus se enfrentan entre sí. Probablemente desde la tradición proto-germánica se le asoció con los Koryos. Sin embargo, probablemente no es el primer dios relacionado con esta tradición protoindoeuropea
Desnudez y rituales
Muchos kóryos luchaban desnudos o semidesnudos, vestidos con nada más que un cinturón y su armas. El cinturón simboliza su conexión con el kóryos. Hallazgos arqueológicos, como las estelas de kurgán (encontradas en la estepa, ca. 3000 a.C.) y figurillas celtas del período de Hallstatt y La Tène (800 a.C. - siglo I d.C.) confirman esta tradición. Esta tradición también se puede ver en el lanzador de lanzas con cuernos del siglo VII de Finglesham (Inglaterra) que está desnudo excepto por su cinturón.
Asociación con la oscuridad
El kóryos a menudo se asociaba con la color negro y la noche. Los rituales y ataques a menudo se realizaban en la oscuridad, lo que enfatizaba su conexión con fuerzas ctónicas (del inframundo). Probablemente de aquí proviene la tradición germánica de Zwarte Piet y el sirviente Ruprecht. Negro también puede ser visto como el color de los animales salvajes como el oso. Cuyo nombre en protoindoeuropeo no debía ser mencionado.
