Introducción: La Edad del Cobre

La Edad del Cobre, también conocida como Calcolítico, fue un período en la prehistoria de Europa que duró aproximadamente desde 5.000 hasta 2.000 a.C. Este tiempo siguió al Neolítico y precedió a la Edad de Bronce. Fue una era de construcciones megalíticas tardías y la primera presencia de lenguas indoeuropeas en Europa.

Una cultura arqueológica se define por básico de restos materiales. Esto no es lo mismo que una cultura étnica, que también considera el idioma, tradiciones, religión, historia y estructura social. A veces, una cultura arqueológica se superpone con una cultura étnica, pero a menudo no es así.

Al estudiar la transición de una cultura a otra, es importante no juzgar precipitadamente. En muchos casos, tales transiciones indican más bien cambios en costumbres o estilo de vida que el reemplazo de una población. Esto requiere un enfoque matizado y abierto. 

Vea este artículo para más información sobre Culturas arqueológicas y étnicas. 

Para obtener una mejor visión de dónde provienen las culturas arqueológicas, mencionamos la posible composición de ADN en algunas culturas. En una cultura que surgió por mucha mezcla, mostramos toda la composición. Pero si un grupo era dominante, solo nombramos ese grupo dominante.

Tenga en cuenta que las culturas europeas siempre son una mezcla de diferentes grupos y que se han influenciado mutuamente. Ninguna cultura estaba completamente aislada de otras culturas.

Los primeros objetos de cobre aparecieron alrededor de 5.000 a.C. en el sureste de Europa. Desde allí, se extendieron hacia el este y el centro de Europa. Probablemente esto se debió a que la gente se volvió cada vez más hábil en la fabricación de cerámica. Las ollas tenían paredes más delgadas y se cocían a temperaturas más altas. Estos hornos también resultaron adecuados para fundir cobre. La fundición de cobre pudo haber sido descubierta accidentalmente, tal vez durante un intento de hacer un pigmento.

Alrededor de 4.000 a.C., la gente en Hungría y Austria comenzó a experimentar con una mezcla de cobre y arsénico, que llamamos arsenical bronce. Esto hacía que el cobre fuera más fuerte, aunque no tan resistente como el bronce que más tarde se hizo con estaño.

Entre 4.200 y 3.500 a.C., el clima en Europa cambió. Para los agricultores neolíticos, esto tuvo grandes consecuencias. Las cosechas fracasaron, hubo hambruna y las enfermedades se propagaron. Debido a la falta de alimentos, aumentó la violencia entre los pueblos. Muchos asentamientos construyeron defensas para protegerse. De esta época se sabe que alrededor del 10% de los esqueletos encontrados muestran signos de violencia. En lugares como Talheim y Schletz, incluso se han encontrado fosas comunes que indican masacres a gran escala.

El cambio climático también influyó en la migración. Los pastores proto-indoeuropeos de las estepas euroasiáticas comenzaron a entrar en Europa alrededor de 3.500 a.C. Estos nómadas vivían de manera muy diferente a los agricultores neolíticos. Por ejemplo, no utilizaban figurillas de Venus y no tenían ciudades o pueblos como los agricultores.

Según la investigadora Marija Gimbutas, estos pastores habrían destruido el Viejo Europa como una horda violenta. Sin embargo, la evidencia arqueológica y genética muestra que probablemente esto no es correcto. La llegada de los pueblos de las estepas fue probablemente más compleja y menos violenta de lo que se pensaba.

Entre 3500 y 3000 a.C., todavía no se realizaban actividades de guerra a caballo. Los Proto-Indo-Europeos utilizaban arcos largos con puntas de flecha de piedra, que no eran adecuados para disparar desde un caballo. Su cultura guerrera se centraba en hazañas heroicas individuales. Esto también se refleja en antiguos relatos como el Rig Veda y la Ilíada. Grandes ejércitos organizados, en los que el individuo se integraba en un conjunto mayor, surgieron alrededor del 1000 a.C.

Investigaciones genéticas muestran que los europeos modernos portan principalmente los haplogrupos Proto-Indo-Europeos R1a y R1b. Estos provienen de un pequeño grupo de hombres. Sin embargo, el ADN mitocondrial, que se transmite a través de la madre, muestra una gran diversidad. Esto indica que los Proto-Indo-Europeos se casaron con mujeres de comunidades neolíticas.

Los caballos cambiaron drásticamente la forma de hacer la guerra. Permitieron incursiones rápidas a grandes distancias. En estas expediciones, el robo de ganado era central. El objetivo no era exterminar poblaciones enteras, sino lograr gloria personal. Este era un valor importante para los Proto-Indo-Europeos.

Los jóvenes usaban el botín, como el ganado, para pagar una dote. Sin embargo, a veces también se practicaba el rapto de mujeres, lo que en esa época se consideraba una forma de matrimonio. Esto se evidencia en antiguas leyes de, por ejemplo, Irlanda e India, donde el rapto de mujeres era reconocido como una de las diversas formas de matrimonio. 

Después del 3500 a.C., los caballos comenzaron a aparecer en la región transcaucásica. Alrededor del 3000 a.C., también se usaban en el sur de Alemania, por ejemplo, en Galgenberg. En este período, los pastores protoindoeuropeos se mezclaron con los agricultores neolíticos. Estos agricultores buscaban protección contra conflictos y hambrunas, y mediante matrimonios, el ADN de la población se volvió cada vez más protoindoeuropeo.

Alrededor del 3500 a.C., los pastores protoindoeuropeos se trasladaron desde la estepa póntico-caspiana hacia Europa del Este. Allí se mezclaron con la cultura Dniéper-Donets. Luego se expandieron hacia la región báltica y Dinamarca. Durante esta migración, también se difundieron las lenguas indoeuropeas. Esto llevó al surgimiento de nuevas culturas mixtas con influencias protoindoeuropeas, pero también muchas tradiciones neolíticas.

Las culturas conocidas de esta época son:

• La Cultura del Vaso Campaniforme en Polonia (3400-2800 a.C.),
• La Cultura de Baden (3300-2800 a.C.),
• La Cultura Yamnaya (3500-2000 a.C.),
• La Cultura del Vaso Cordado (2900-2450 a.C.).

Algunas de estas culturas (Cultura del Vaso Campaniforme y Cultura de Yamna) tenían predominantemente ADN Proto-Indo-Europeo. Otras, como la Cultura de Baden y la Cultura de la Ánfora Globular, tenían poco ADN de las Estepas. Esto posiblemente refleja una sociedad dominada por una pequeña élite Proto-Indo-Europea.

En la región del Danubio, la Cultura de Lengyel se expandió hacia Chequia y Polonia, pero luego se retiró. Al mismo tiempo, la Cultura Boian-Marica en Bulgaria y Valaquia desarrolló un sistema monárquico. Esto se refleja en una necrópolis real en la costa del Mar Negro. Esta estructura fue posteriormente adoptada por la cultura Bodrogkeresztur en la región de Tisza. Probablemente, la especialización laboral, la desigualdad económica y la amenaza de invasiones jugaron un papel en estos desarrollos.

En Europa Occidental, la Cultura de Michelsberg desplazó a lo largo del Rin y el Sena a la antigua Cultura de Rössen. Alrededor del Mediterráneo surgió una red de culturas como la Cultura de Chassey en el sur de Francia y la Cultura de La Lagozza en el norte de Italia. Estas culturas compartían una actividad comercial importante: el intercambio de pedernal de color miel. Al mismo tiempo, rastros de violencia indican conflictos en esta región.

En la misma época vivió Ötzi, la momia de hielo encontrada en los Alpes. Además, el estilo de construcción megalítico se propagó en el área atlántica. Este estilo de construcción llevó la agricultura a áreas que hasta entonces estaban menos desarrolladas.

La primera mitad del tercer milenio a.C. se caracteriza por importantes reestructuraciones. Los Pueblos del Danubio formaron la poderosa Cultura de Baden, que se extendió sobre lo que más tarde sería el Imperio Austrohúngaro. Esta cultura consistía principalmente en agricultores neolíticos , pero posiblemente con una élite protoindoeuropea. En el Mar Egeo surgió alrededor del 2800 a.C. la Cultura de las Cícladas.

Mientras tanto, los pueblos protoindoeuropeos Yamnaya en el sur de Rusia y Ucrania tomaron el control. En el oeste, la cultura megalítica se extendió desde el sur de Suecia hasta el sur de España, mientras que las culturas mediterráneas y del Danubio se fragmentaron en grupos más pequeños.

En la región ibérica surgieron alrededor del 2600 a.C. ciudades fortificadas como Vila Nova de São Pedro (Portugal) y Los Millares (sur de España). A pesar de sus diferencias, estas civilizaciones mantenían relaciones comerciales pacíficas. En Aquitania (Francia) apareció la inesperada Cultura Artenac, que rápidamente ganó influencia en el oeste y norte de Francia y Bélgica. En Polonia, un pequeño grupo de indoeuropeos se mezcló con agricultores neolíticos y formaron la Cultura de los Vasos de Boca Globular.

Entre 2500 y 2000 a.C., muchas culturas en Europa cambiaron. La Cultura de las Catacumbas, que surgió de los pueblos Yamnaya, se expandió hacia Polonia. Esto influyó en la transición de la Cultura de los Vasos de Boca Globular a la Cultura del Vaso Campaniforme. En Gran Bretaña, el cobre se usó poco en este tiempo, lo que lleva a los historiadores a cuestionar si Gran Bretaña realmente experimentó una Edad del Cobre.

Alrededor del 2400 a.C., la Cultura del Vaso Campaniforme se extendió por el oeste de Alemania, Dinamarca y el sur de Suecia. Esta cultura reemplazó a grupos más antiguos en esta regións. Mientras tanto, los pueblos Artenac llegaron a Bélgica. En el mismo período, las culturas del Danubio, que alguna vez florecieron, desaparecieron por completo.

Alrededor del mismo tiempo, alrededor del 2300 a.C., también ocurrieron muchos cambios en la región Egea. La Cultura de las Cícladas desapareció y dio paso a la cultura palaciega minoica en Creta. Esta nueva civilización tenía sus raíces en los agricultores neolíticos y se convirtió en una de las culturas más importantes del Mediterráneo.

La cultura del vaso campaniforme surgió alrededor del 2800 a.C. Comenzó como un estilo en cerámica, originado de descendientes de agricultores neolíticos. Este estilo, inspirado en cerámica del norte de África, se extendió desde Portugal hacia Europa Central y los Países Bajos. En la cultura protoindoeuropea, la cerámica en forma de campana adquirió un nuevo significado. Se convirtió en un símbolo de su religión dhármica y sociedad, que giraba en torno al orden cósmico y acuerdos recíprocos. Alrededor del 2300 a.C., se encontró la primera cerámica campaniforme en Bohemia. Desde ese momento, comenzó a expandirse y jugó un papel importante en la identidad de los grupos protoindoeuropeos.

En algunas regioness, como los Países Bajos, Alemania y las islas británicas, la población cambió drásticamente. El perfil de ADN en estas áreas puede rastrearse hasta en un 90% a las personas de la cultura del vaso campaniforme. Esto muestra cuán grande fue la influencia de esta cultura, tanto genética como culturalmente.

En la Edad del Cobre, la composición económica en Europa cambió significativamente. Incluso en áreas donde el cobre aún no se utilizaba, surgieron ubicaciones de producción que distribuían bienes a grandes distancias. La minería de metales y piedras se desarrolló considerablemente, y estas materias primas se transformaron en objetos de uso valioso.

La Edad del Cobre tuvo en muchas áreas de Europa un solapamiento con la Edad de Bronce, por lo que a menudo se omite la Edad del Cobre en la cronología. La edad de Bronce comenzó en Europa en 3.200 a.C. - 800 a.C. Mientras que desde 4.000 a.C ya se experimentaba con bronce arsenical que se hacía de una mezcla entre cobre y arsénico.