Descripción del producto
El brazalete vikingo está hecho de un cordón de cuero trenzado con un grosor de 5 mm y tiene un cierre de gancho S que se asegura en las bocas de dos cabezas de dragón detalladamente diseñadas. Estas cabezas expresivas le dan al pulsera un carácter llamativo.
Inspiradas en los estilos de cabezas de animales del famoso entierro en barco Oseberg en Noruega, las cabezas de dragón están fabricadas con gran atención al detalle. Junto con el gancho S, están hechas de bronce de alta calidad.
Los dragones eran la variante mítica de la serpiente y fueron incorporados en los mitos más tempranos de la humanidad moderna. Con la expansión de la humanidad, la mitología de los dragones también migró por todo el mundo. En muchas culturas indoeuropeas, los dragones juegan un papel prominente en sus mitologías. En la mitología germánica y posteriormente en la vikinga, los dragones son vistos como monstruos totalmente destructivos. Al mismo tiempo, simbolizan la bestia maligna que debe ser derrotada por un héroe. Estos dos arquetipos, el destructor y el oponente del héroe, se refuerzan mutuamente.
En la mitología germánica, los anillos tenían un significado sagrado. Simbolizaban un compromiso jurado entre el portador y su gobernante, la tribu o un dios. Los torques y brazaletes no solo se encontraban entre los germanos, sino también entre escitas, celtas y otros pueblos indoeuropeos. La sociedad indoeuropea estaba fuertemente ligada a los juramentos, basada en el concepto de orden cósmica. Este orden era vigilado por los dioses y sostenido por una estructura de clases en la que los juramentos y las joyas simbólicas como los torques confirmaban las relaciones sociales.
